¡Depende! Sí, depende de en qué situación se mida y depende de quién seas.

Si ese es el tiempo que te falta para terminar un partido de fútbol que vas perdiendo, todavía es suficiente para remontar. Si ese es el tiempo que te queda para esperar la salida de un avión o un bus, es tiempo tolerable, pero si te llamas María Belén Bernal y tu esposo, pareja o marido, te esta asesinando a golpes, seguro ese tiempo fue infinito.

¡20 minutos! Este tiempo es el que necesitó el Tte. German Cáceres para terminar, a golpes, con la vida de María Belén en una Escuela de Policía en Ecuador.

Fue una eternidad para ella. Fueron 20 minutos en los cuales el hombre con el que se había casado para compartir su vida, la estaba matando a golpes. Tuvo que ser durísimo comprender, tal vez en un segundo, que la persona que amas, que la persona que elegiste para vivir, estaba acabando con este sueño, y de repente ese ¨felices para siempre¨ se convertía en una pesadilla.

Nadie en esa Escuela, lugar donde supuestamente se enseña a ¨servir y proteger¨, acudió en su ayuda.

A quien sí ayudaron fue al Tte. Cáceres quien ese día jugó fútbol, estuvo en una parrillada, bebió, tuvo sexo con una subordinada, y al cierre de su intensa jornada, mató a su esposa a golpes. ¡A él sí lo ayudaron!

De otra manera no se entiende cómo, Cáceres, en las condiciones de agotamiento arriba descritas, logró cargar un pesado bulto (un cuerpo inerte del tamaño de María Belén debía pesar unos 60 kilos aprox.), cavar un hueco para enterrar el cadáver, y regresar para encubrir las evidencias de la masacre. Todo esto, ¡solito y en menos de dos horas!

Para María Belén, por desgracia, ya acabó todo. El problema ahora es para quienes nos quedamos aquí con este nudo en la garganta y esa desesperanza de no entender muy bien qué ha pasado y, sobre todo, cómo seguimos.

¿Cómo seguimos confiando en una institución que no hizo nada para ayudar a una víctima que estaba siendo asesinada a golpes, pero que no dudó un segundo en hacer espíritu de cuerpo para ayudar al victimario?

¿Cómo seguimos en un país donde los gobernantes más que protegernos nos dejan morir?

¿Cómo seguimos en un país, con un gobierno que es capaz de enviar condolencias a los deudos de la Reina Isabel II de Inglaterra, pero es incapaz de comunicarse con Elizabeth Otavalo, madre de María Belén, para presentarle sus respetos?

20 minutos, son 20 minutos, que fueron infinitos para María Belén, que son infinitos para la lucha de su madre por encontrar la verdad, y que serán infinitos para los familiares de las víctimas que la violencia sigue cobrando en nuestra sociedad. Como sociedad nos toca mantener esos 20 minutos en la memoria de la gente, de manera infinita, para que estas atrocidades no vuelvan a ocurrir, para que quienes están en el poder comiencen a gobernar y a proteger la vida.

Prometeo

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